El Celta: el mar no está tan lejos

Con una pareja amiga, visitamos este tradicional restaurante de Córdoba. El Celta es uno de los pocos lugares que ofrece nuestra ciudad, donde encontrar una oferta variada en pescados y mariscos.

Aunque la carta también invita a aquellos que no se animan a disfrutar de estos placeres que nos regala el mar, con cochinillo (destacado como especialidad que vale un post aparte), carnes y pastas.

Apenas nos ubicamos en nuestra mesa, descubro en la pared premios otorgados por Circuito Gastronómico como “Mejor Restaurant Tradicional 2013 y 2014” a El Celta. El adjetivo se pone de manifiesto en la decoración y en la vajilla, como así también en el tamaño de las generosas porciones (los platos principales de pueden compartir, se cobra un adicional de $35).

Comenzamos con una porción de rabas (anillos de calamar rebozados), llegan con temperatura justa, abundantes rodajas de limón, mayonesa y ketchup. Tiernas y de sabor suave, con un toque de limón que las vuelve irresistibles, las rabas desaparecen en minutos.
IMG_2544Continuamos con Brótola y puré, Raviolones de salmón y Fusilli con salsa de salmón y camarones .

No se específica en la carta el modo de preparación de la brótola, la cual llega marinada (4 filetes) acompañada del puré de papas. Se destaca la frescura del pescado, sutil al paladar.

IMG_2550Los raviolones, a juzgar por su color, son al nero di seppia (con tinta de calamar) lo cual no estaba aclarado, pero resultó una grata sorpresa! Aunque cometimos el error de pedirlos con salsa donde predominó el tomate, lo cual opacó el sabor del salmón. De todas formas, es una excelente opción.

Finalmente, la pasta con salsa de salmón y camarones fue el aplazo de la noche. Una lástima, porque los fusilli llegaron al dente y el aroma del plato invitaba a frotarse las manos.

Sin embargo, la falla estuvo en la limpieza del camarón. En este caso, no se le había retirado una tirita negra -que no es ni mas ni menos que el intestino- lo que afectó su textura, al distinguirse unos granitos de arena al saborearlos.

IMG_1795A pesar de esto último, la noche se disfrutó plenamente, gracias a la buena compañía, a la calidez de uno de los dueños y a nuestro mozo.
Vale la pena de vez en cuando acercarse a El Celta e imaginar que el mar no está tan lejos.

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