Sabores de barrio General Paz: El Búho, Lo de Villalpando y Guantanamera

El sabor de la amarena fue lo más exótico que degusté en el segundo Tour Gastronómico que hicimos en Córdoba un grupo de bloguers, amantes de la buena cocina, y amigos, el pasado miércoles 15 de agosto.

Amarena en Guantanamera
Amarena en Guantanamera

Fuimos en grupo (esta vez éramos 17) con la meta de saborear platos nuevos, conocer restaurantes cordobeses y compartir impresiones en un noche que corte la semana en dos. Envalentonados con el buen antecedente del primer tour por Nueva Córdoba, en los alrededores de la Plaza España, esta vez incursionamos por barrio General Paz.

La idea de Mauro, de Mis Fotosecuencias y los amigos de Circuito Gastronómico se empezó a concretar alrededor de las 21, cuando nos encontramos en la vereda de El Búho (Avenida 24 de setiembre 946), para paladear la entrada de este viaje imperdible para nuestros sentidos.

Entrada: jamón crudo y ensalada rusa, de uno de los restaurantes de comidas españolas más conocidos de Córdoba.

En las mesas donde nos esperaban nos agrupamos conocidos y caras nuevas sin mucho orden, pero con bastantes expectativas y ganas de intercambiar experiencias, ideas, impresiones.

Una de las mesas en El Búho
Una de las mesas en El Búho

El jamón de El Búho se “fabrica” en Agua de Oro, en una estancia y casa de jamones que también es hotel. Es sabroso y merece disfrutarse sin muchas combinaciones, o al menos esa impresión nos dejó luego de comer el plato que ven en la foto, acompañado de un vino tinto Santa Julia que los mozos se encargaron de repartir con generosidad.

Jamón en El Búho.
Jamón en El Búho.

Con el tiempo cronometrado, a las 21.40 dejamos este espacio para caminar algunas cuadras hasta Lo de Villalpando (25 de mayo 1186) un restaurante que hace culto a la comida salteña y prometía un plato principal en dos pasos.

Cazuela de mondongo fue lo primero que asomó de la cocina. Lo acompañaban pancitos caseros tibios y, por supuesto, vinito salteño tinto (no recuerdo la bodega).

Si bien el mondongo no es el alimento preferido de mi paladar, le di la chance y no defraudó. El plato estaba calentito, y un poquito picante para mi gusto, ya que chorizos completaban el combo capaz de espantar cualquier sensación de que estábamos en pleno invierno.

Cazuela de mondongo
Cazuela de mondongo

El segundo paso fue una memorable cazuela de cordero, de esas que piden a gritos roer los huesitos y “sopar” con pan. Simplemente delicioso, y de sabores más suaves que la anterior. Sin duda, mi plato a recomendar.

Cazuela de cordero
Cazuela de cordero

En medio de la cena, se acercó Gustavo Villalpando, propietario del espacio, para conocer qué nos había parecido la comida y lamentamos entre todos no tener tiempo para darle coro a la guitarra que estaba en el medio del salón ansiosa de zambas. Con él hablamos de vinos, bodegas y paisajes salteños.

Lo de Villapando
Lo de Villapando

“¡Vamos a Salta ya!”, pensaba, aunque bastante cerca me sentía gracias a la música, los sabores y la decoración tan cálida del local. Pero no quedó otra que dejar este espacio porque todavía faltaba el postre, y ya a través de Twitter, el restaurante cubano Guantanamera nos había animado a dejarle un lugarcito especial.

Nomás al llegar, y al ritmo de Hasta siempre comandante, el equipo de Guantanamera (Esquiú 6, esquina Rosario de Santa Fe) nos recibió con mucha amabilidad y nos invitó un mojito como Dios manda. Pedro Gonzalez Fundora, de la Colectividad Cubana en Córdoba, nos enseñó a hacer un buen mojito “con hierbabuena, no con menta” y le dio marco al postre que combinaba de manera delicada mango, amarenas y una base parecida al brownie que maridaba muy bien con el trago que teníamos delante.

Postre en Guantanamera
Postre en Guantanamera

Como sorpresa, nos regalaron a cada uno un habano cubano y nos enseñaron a disfrutarlo, contando también cómo se hacen estos cigarros típicos de la isla. El segundo mojito llegó por consenso tácito.

Guantanamera
Guantanamera

No parecía que estábamos en medio de una semana laboral, sino que las risas y las charlas se prolongaron hasta la puerta del local, ya pasada la medianoche. Sin duda, una salida que vale la pena recordar y seguramente repetir. Más fotos en nuestra página de Facebook.

Mauro ya anunció que habrá un tercer Tour Gastronómico en setiembre. ¿Les gustaría sumarse? Nosotros desde ya nos anotamos 🙂

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