Por un fugaz viaje a Chile me alojé en un pintoresco lugar de la calle Manuel Montt, en el barrio Providencia, de Santiago. Se trata de una zona residencial, ideal para caminar y caminar llena de cafés, comercios, y todo tipo de medios de transporte.
Por cuestión de azar me tocó estar en una de las calles con más vida nocturna, en lo que restaurantes y bares se refiere. Las propuestas incluyen comida típica chilena y también cocina étnica. ¿El precio? Para todos los bolsillos, pero yo diría que es más bien gama media.
En el mapa pueden ver el recorrido y lo cerca que están los lugares tan diferentes. Además, señalé algunos con buena reputación que me quedé con ganas de conocer por falta de tiempo. Vale aclarar que usé mucho las apps Yelp y Trip Advisor para encontrar opiniones sobre la zona, ya que todo lo que me habían recomendado amigos en Argentina estaba lejos.
Voraz Pizza. La pizza es exquisita. Llega rápido y con los platos calentitos. Hay que probar sí o sí la variedad “Ciruelo” dentro de las gourmet. Vale cada bocado. Las mesas en la vereda tornan ruidosa la cena, pero nada que no se aguante por estas deliciosas pizzas.
Los Cuates. La carta es generosa y tiene preparaciones de la comida mejicana tradicional y algunas más accesibles para el paladar no muy acostumbrado a lo picante. Las bebidas son un punto fuerte: además de tragos y cervezas mejicanas, hay agua de horchata, un acierto. El postre parecido a un budín de pan elaborado con elote es imperdible.
Meze. Comida turca en un ambiente tranquilo, muy, muy tranquilo. Quizás el lugar que menos se destacó porque la comida era rica pero no tenía un sabor que deje huella.
Comida colombiana. No recuerdo el nombre de este lugar, qiuzás lo olvidé porque no me gustó tanto. Pero ojo, no por la comida, que era abundante y bien presentada, sino porque el servicio era un poco “cargoso”. A mi acompañante le gustó mucho una sopa que nos sirvieron en la entrada y que tenía reminiscencias a esas sopas que lo curan todo en el invierno, espolvoreada con cilantro.
Bonus track. Caminando por la avenida Providencia, cerca de la salida del metro Valdivia también se puede encontrar un pequeño polo gastronómico para oficinistas que tiene buenos precios y menúes económicos para hacer un alto en el paseo y picar. El sushi está en el top ya que pude ver a muchos chilenos disfrutando en la vereda de las variedades que aquí en Córdoba costarían al menos el triple.
¿Y los mariscos? Por supuesto que lo primero que uno busca comer en Chile son mariscos, así que no me fui de ahí sin saborear las clásicas machas a la parmesana. Estas son de Adaneva, un restaurante frente al mar en Reñaca.
¿Qué es lo que más les gusta de la comida en Chile?
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