El norte de Brasil es un destino fabuloso. Allá conocimos la Pousada da Renata, un alojamiento confortable y único en Jericoacoara, estado de Ceará .
Jericoacoara es un municipio pequeño al que se llega desde Fortaleza en un viaje por tierra de 4-5 horas en camionetas 4×4 o en avión hasta Jijoca, poblado aledaño, reduciendo a una hora el viaje en camioneta.
El detalle de las camionetas es porque el último tramo hasta llegar atraviesa una reserva natural, donde hay dunas y ríos de agua dulce, por lo que solo vehículos habilitados pueden llegar.
Alojarse en Jericoacoara es apto para diferentes presupuestos, ya que lo más caro es llegar hasta ahí pero en el lugar hay amplio repertorio de hoteles, posadas y hasta hostels.
Cómo es la Pousada da Renata
Visitamos el nordeste de Brasil en marzo de 2019 y nos quedamos en la Pousada da Renata en Jericoacoara, un alojamiento con desayuno incluido ubicado lejos de la playa pero a mano de distintas atracciones a pie.
La Pousada da Renata en Jericoacoara es colorida, decorada exquisitamente al gusto del nordeste brasileño, con hamacas dispuestas para estar pasando el tiempo y cómodas habitaciones.
Tiene un parque y jardín cuidadosamente mantenido, con flores, plantas nativas, y muchos muebles para descansar.
Nos quedamos en una doble, con baño privado (todas lo tienen) cerca de la recepción. Desde el primer día percibimos la importancia del piso estucado y las ventanas de madera para mantener el ambiente fresco.
El desayuno en la Pousada da Renata merece un capítulo aparte: café excelente, jugos, infusiones, yogur casero (hecho por la propia Renata), pan de queso horneado en el día, budines, pan para tostadas, jamón queso, mermeladas y muchas, muchas frutas frescas.
Estuvimos seis noches y descubrimos con alegría que cada día desde la cocina brindaban algún bizcochuelo o torta diferente por lo que el desayuno variaba.
Además, por la tarde podías encontrar en el desayunador café, agua fresca y galletas o tortas para picar. Como amantes del ritual de la merienda apreciamos mucho el detalle 🙂
Quedarse en Jericoacoara
En Jericoacoara la noche cae temprano y amanece temprano también, cerca de las 5.30. En la calle y en las posadas se ven muchos gatos, lo cual hizo que amemos más este lugar <3
Cada atardecer (con cielo ya oscuro) nos deparaba una entretenida caminata por las calles de arena hacia la zona de la playa donde están los bares y restaurantes.
La oferta gastronómica es para todos los bolsillos y también hay supermercados bien provistos. Los que están más cerca de la playa son más caros pero también tienen snacks, frutas y verduras para improvisar un picnic.
Fuera de la calle principal, recomiendo visitar las paralelas donde el ambiente es más tranquilo (ya de por sí Jeri es tranquilo) y se puede comer platos locales elaborados a la vista.
Un plus de la playa principal es la ronda de carritos con tragos preparados en el momento.
Algunos días también ponen música y se improvisa una discoteca al aire libre aprovechando la marea baja.
Las playas en Jericoacoara son bellísimas y cumplen el requisito de no estar sobrepobladas ya que su extensión es de varios kilómetros.
Una ceremonia acostumbrada por los turistas es ir a ver el atardecer a la Duna du por du sol, cerca del centro y con mucho espacio para estar cómodos.
Espero volver muchas veces a Jericoacoara, fue uno de los lugares más lindos que conocí de Brasil. ¿Lo visitaron alguna vez?