El último Tour Gastronómico del año fue opíparo. Y no hablo solo de la comida porque se dio el magnífico efecto del reencuentro y del conocer caras nuevas con la excusa de compartir un plato o conocer un restaurante.
Me gusta pensar que el tour ha servido para desacartonar lugares y personas. No importa la edad, no importa donde vivas o qué estés habituado a comer cuando salís afuera. Acá se diluyen las diferencias y hay una actitud receptiva que me encanta. No somos críticos especializados, somos curiosos. Y esa curiosidad se satisfizo en cada salida.
Entrada. El punto de encuentro para este Tour, el último de 2012, fue el restaurante Rocamadour (Recta Martinolli 5631), un local que tiene nombre de comuna francesa pero cuya cocina es asiática y fusiona estilos.
El menú fue tartar (creo que así se llama) de salmón y caviar, en un fondo de salsa de soja que casi casi tapaba el salmón llegando al final del plato; luego carpaccios de salmón y lomo de ternera en aceite de sésamo (textura muy suave que se deslizaba en la boca), y tempura de camarones: uno en una salsa picante que primero asusta y luego se vuelve adictiva, y otro solamente con el rebozado.
Me gustó mucho la comida de Rocamadour. El local parece más una disco que un restaurante, ya que tiene poca luz y una decoración cool, divertida.
Empezando por la comida, la vajilla, el mobiliario, en general todo parece de buena calidad. Como mi cámara se quedó sin batería temprano, Natalia Torres Fotografía es la responsable de las imágenes (y qué imágenes) de este tour.
Principal. Como la entrada demoró un poco en llegar, cerca de las 23 fuimos a Casa Bavaria (Recta Martinolli 6110), y ahí nos recibieron los dueños de casa con una espectacular cerveza artesanal Blaubier en botellas plásticas marrones.
Como siempre, hubo dos platos: el primero, Bratwurst mit Bayrisch Kraut und Kartoffelpüree (salchicha tipo Nürnberg con chucrut y puré de papas). El plato no era tan grande y lo agradecimos, porque todavía quedaba mucho por probar.
El segundo plato, Schnitzel mit Champignon oder Zigeunersoße und Spätzle (milanesa de cerdo con salsa de champignones y fideos artesanales alemanes). Sabores que combinaban muy bien con el crocante de la milanesa frita. Para el segundo plato también probamos una cerveza roja muy delicada.
La familia propietaria de la Casa Bavaria es alemana y hace dos años que vive en Argentina. Nos mostraron el lúpulo en su estado natural y nos contaron detalles de la elaboración de la cerveza. Para cerrar, los más corajudos probaron un aguardiente que no recuerdo el nombre (ups!) que sinceramente anestesiaba el cuerpo desde las orejas hacia abajo.
Postres. Una vez que terminamos las delicias alemanas fuimos andando hasta Luna india (Recta Martinolli 5882), donde nos esperaban con una fiesta de postres para degustar. En mi top five destaco: volcán de chocolate, mouse de chocolate con naranja sobre unas galletas con chips de chocolate, tiramisú, torta de chocolate con crema de mandarinas y pavlova. Ay, creo que me gustó todo lo que probé 😛
Originalmente, el postre estaba previsto en Villa Clara, pero a último momento se cayó la reserva y Mauro nos condujo a este otro espacio de la Recta que seguramente fue un gran descubrimiento para muchos de nosotros. ¡Qué bueno estuvo el cambio de último momento!
Como siempre, la sobremesa se extendió un poco, y volvimos -atiborrados- a casa cerca de las 2 de la mañana. Agradecidos a Mis Fotosecuencias y a Circuito Gastronómico, esperamos que el 2013 nos traiga nuevas salidas y espacios para compartir entre los amantes de las cosas ricas 🙂