El verano despierta esas ganas de andar y recorrer. Muchos tienen esta pulsión escapista presente todo el año, y otros, simplemente, son viajeros estivales. Me considero del primer grupo, y esta vez, empujado por el finde largo, el destino elegido fue Traslasierra.
Pasando Nono, empieza una ruta de sabores y olores inolvidables. Las localidades de Las Rosas, Travesía, San Javier y Yacanto, La Población, Luyaba y La Paz, esconden una explosión de aromas que distraen todos los sentidos.
A la tarde, el olorcito a leña mezclado con yuyos serranos empieza a despertar el apetito, el que se intensifica apenas baja el sol, cuando en el ambiente se mezclan particulas de algún guisito, asado, pizza, empanadas y pan casero.
Casi al pie del Champaquí, se encuentra San Javier, un pueblito muy pequeño pero muy pintoresco. Allí, bajo el gigante de Córdoba, apenas contorneado por el intenso titilar de las estrellas en esa parte del mundo, se sirve una humita en chala muy sabrosa.
El olor a choclo desborda y se escapa de la vaina que lo encierra. Cuando el plato llega a la mesa está con la temperatura justa, así que, cuchara en mano, no queda más que empezar a saborear esta deliciosa humita.
La mezcla tiene pedacitos de morrones, unos daditos de queso fresco, algunas cebollas y un poco de tomate. El resultado es fantástico y el sabor es muy suave, por lo que uno se queda con ganas de más. Cuidado los golosos, ya que la humita cuesta sólo 7 pesos.
Quita Penas se llama el restaurante donde sirven este manjar, y está ubicado a una media cuadra de la plaza de San Javier, cruzando el puente que lleva hacia Yacanto. El mozo que atiende en el lugar es muy amable, y el parrillero que se encarga de los cortes de asado tiene toda la onda. Un lagar para volver y decir: “¡Deme dos!”.
No habrá alguna fotito para la platea?
Sí, hay fotitos! esperá que encontremos el cable para bajarlas 😛
Buenisimo.
En unos días saldré a pegar unas vueltas por las sierras, espero encontrar cosas nuevas,