Focus on what matters (Enfocate en lo que importa). Así nos da la bienvenida el centro de mesa de María Antonieta, una casa de té ambientada al mejor estilo del Shabby Chic. La fusión de lo antiguo en muebles restaurados, lo moderno en lámparas imponentes y los elementos de época en la vajilla de porcelana tsuji, imprimen encanto y calidez en el salón.
María Antonieta reabrió sus puertas en Luis de Tejeda 4575 el pasado viernes 24 de enero, con una carta renovada, espacios más amplios y sorpresas en su look and feel.
Pasando de los 47° de sensación térmica que se mantuvieron en el calendario semanal a los 20° del día viernes, la tarde se presentó ideal para disfrutar del combo París, una pomelada y un baguette Versalles.
Rincón del arte: Platos con tazas en paredes y puertas
El diseño de interiores hipnotiza y se integra en los diálogos de todas las mesas. En la experiencia María Antonieta los atractivos visuales se igualan, en protagonismo, a sus delicados sabores. Cada pared ofrece una propuesta artística diferente: pinceladas de colores pasteles, letras corpóreas con el nombre del lugar, flores pintadas, una especie de hoja en blanco con frases escritas y hasta guardas que combinan dibujos con platos de época colgados.
En diferentes rincones, el arte y la imaginación juegan a sorprender al público. Algunos ejemplos son las lámparas contorneadas con saquitos de té, una puerta con apliques de tazas y platos de porcelana o un banco hecho con ventanas de hierro.
Otra apuesta es el showroom de la casa, un espacio en el que se recrea una cocina y un comedor real, donde todos los objetos están a la venta.
Pero en materia de decoración, no todo es color de rosa. Que el estilo vintage no ponga en peligro la comodidad del público. Las sillas con huecos, que reemplazan las superficies acolchonadas del respaldar, son novedosas pero poco apropiadas para la postura relajada que se busca en el lugar.
Por último, el local apostó por un deck en su fachada con macetas country, mesas y sillas blancas, que al caer la noche resplandecen con las luces y la brisa de verano.
Hasta el baño es un detalle cuidado en María Antonieta, siguiendo la misma línea estética del Shabby Chic.
Menú: Combo París, una pomelada y un baguette Versalles
Elegimos para probar un Combo París de $38, con el blend Berry fruits (té negro Ceylon -Sry Lanca, con moras y zarzamoras de la Patagonia, bayas de endrino y arándanos de Norteamérica) junto a un cupcake de maracuyá. El té en hebras llegó a la mesa presentado en una pava, que lo conservaba en su temperatura justa. Las notas de los frutos rojos se sentían con intensidad en un delicado sabor. Los cupcakes son la especialidad de la Casa. Elegimos uno cuya base era de vainilla, su relleno de crema pastelera y su decoración crema vegetal con salsa de maracuyá. La esponjosidad y humedad de la masa, junto al relleno y la salsa, se combinan de manera exquisita. Lo que no nos gustó fue la crema vegetal. Quizás se podría reemplazar por otro ingrediente más liviano.
Una sugerencia: nos parecía más distintivo leer en la carta los blends con nombres de reinas. Aunque sabemos que esta colección pertenece a la teadesigner Mery Kramer. También, sugerimos agregar a la carta las variedades de cupcakes, que son el leitmotiv del lugar. Nos pareció incómodo tener que acercarnos al mostrador para terminar de elegir la merienda.
Por otra parte, elegimos un batido pomelada frozen (jugo de pomelo, limón, menta y hielo) de $32 y un baguette Versalles (jamón crudo, queso pategrás, rúcula, tomates secos y manteca) de $36. Este combo es perfecto para una tarde de verano. Al probar la pomelada, se puede distinguir con claridad cada uno de los sabores de sus ingredientes. Es un batido suave, refrescante y exquisito para acompañar con algo salado. La baguette hace honor a su nombre. Tiene un touch de calor, que le aporta crujiente y esponjosidad al pan. Sus ingredientes son de primera calidad, frescos y sabrosos.
En lo que respecta a la atención del lugar, destacamos la predisposición, aunque nos interrumpieron varias veces para preguntarnos si ya podían levantar la vajilla.
La música ambient, chill out y britpop armonizan muy bien los diferentes espacios.
Un detalle es que se confundieron en el cálculo de la cuenta, pero cuando planteamos la situación, la diferencia de dinero fue devuelta. No aceptan tarjeta de débito, ni crédito; un punto débil, que se podría mejorar.
¡Les recomendamos pasar por María Antonieta y compartir una merienda de diseño, volviendo un poco al pasado, pero experimentando tendencias de vanguardia!