Un té con sabor a silencio

Gracias al regalo de mis compañeras de trabajo me metí en el mundo del té en hebras. La tetera, bella y distinguida, esperaba sola sobre la mesada que la estrenara, por eso en la Expo Delicatessen fui directo al stand de Encontraté en Hebras.

Nunca había probado este tipo de infusiones, y por eso Lucas Cámara, el creador de la marca, fue quien me asesoró sobre blends, temperatura del agua, y algunos secretitos más.

La primera incursión de la tetera fue con dos blends: Fogón en los Espinillos (una tisana de hierbas serranas) y Rocío de miel (con cítricos y miel).

La sensación es diferente a poner un saquito y listo. Colocar las hebras en la tetera, esperar que el agua tenga la temperatura indicada y darle un rato al té para que tome color, obliga a una paciencia que, aunque lleve minutos, descansa la mente y el cuerpo.

El título del post viene a cuenta de una nota que publicó Juan Manuel Lucero en Periodismo X, el Manifiesto del silencio. En resumen, la necesidad de pausas, de momentos para mirarnos por dentro, para darle tiempo al tiempo, todo eso que necesitamos y vamos perdiendo en el trajín de los días. Miren el video.

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Para conseguirlo (porque lo tenemos ganado) no hace falta una tetera tan linda, un té en hebras tan especial… o sí.

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