Diciembre es un mes donde las fiestas de fin de año -Navidad y Año Nuevo- garantizan enormes comilonas. Y como si fuera poco, también muchas empresas, instituciones educativas y amistades optan por armar cenas, ya en restaurantes, salones o casas de familia.
Un continuo de comer y beber en sitios y con personas a las que no se puede decir que no, por más que uno pretenda verse menos mal en el verano y para ello deba perder un par de kilos.
El plato que ven en la foto fue la comida principal de la cena de fin de año que organizaron los diarios La Voz del Interior y Día a Día. Antes de eso hubo una recepción con sushi, comida mejicana, sadwichs, fiambres, quesos, cazuelas de mariscos y otros sabores. El postre fue brownie con helado y salsa de frambuesas.
Más tarde, café con masitas. Luego papas fritas. Al rato mesa dulce con tartas y tortas. Finalmente, pata flambeada. Todo regado con abundante champagne, vinos, cerveza y fernet.
Si alguien conoce la forma más llevadera de soportar tanto placer para el estómago y el alma y no terminar con resaca a diario, está invitado a comentarla 🙂
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